EMPRENDER

Emprender… Un sueño, un deseo, una ilusión… o la única salida. En todo caso emprender es un proceso que en algún momento de tu vida debes activar y poner en marcha.

Se dice que para emprender un proyecto no hay soluciones estandarizadas. Cada proyecto es diferente y especial. La propia idea, el ámbito de aplicación, y las personas que lo van a llevar a cabo son irrepetibles. Y sobre todo tú.

Ser emprendedor es la primera de las 5 grandes cualidades de un directivo, así que si lo somos, nos tenemos que sentir seguros e importantes.

¿Tienes esta cualidad? Genial, adelante, ponte en marcha cuanto antes.

Pero antes de ponerte a andar; piensa, analiza y escribe. Y hazlo desde una perspectiva sinceramente crítica. La realidad suele estar algo lejos de lo ideal, así que nada de contar con compromisos externos, ayudas altruistas. Dicen que desconfíes de todo aquel que te ofrezca su ayuda sin pedir nada a cambio. Suena algo dramático, pero eso es lo que dicen.

Hay que dejar claro que emprender no sólo es inventar, o tener una idea, o ser autónomo e iniciar un proyecto. Emprender es poner en marcha un nuevo proyecto, aplicando la visión creativa, buscando provocar un cambio en las formas habituales, innovando productos, modos, servicios, procesos. Puedes emprender una idea, un negocio independiente o un proyecto para tu empresa.

Ingenio, trabajo, esfuerzo y talento.
Estas deben ser las nuevas compañeras de viaje de tu día a día en el proyecto. Y no creas que nacemos con todas ellas en grado de sobresaliente. Pero tampoco creas que si no las tienes no puedes emprender.

Si tienes iniciativa, y eres conocedor de tus virtudes y tus defectos, de tus fortalezas y debilidades, ya tienes mucho camino andado.

Después deberán visualizar tu proyecto estableciendo metas reales y retadoras para elaborar la estrategia más adecuada, tras conocer el entorno que te rodea. Y asesórate, no tienes por qué ser un experto en todo. Quizás una de las claves del éxito sea detectar las oportunidades. Oportunidad es negocio, y si haces bien las cosas, es éxito.

Y así, plan tras plan (negocio, marketing, financiero, recursos humanos,…) hasta llegar al resumen ejecutivo.

No seas emprendedor gollum, y comparte tu idea, busca el equipo adecuado, lidera el proyecto, enseña y aprende, motiva y convence. Adelante.

Y sobre todo, tú

Pero creo que nos dejamos algo importante. Hay cualidades volcadas sobre el proyecto y ya mencionadas, sin embargo, como he mencionado más arriba “…y sobre todo tú..”.
Plan de negocio, plan de marketing, plan financiero…

¿y dónde está tu plan personal?

No puedes vincular tu persona al éxito o al fracaso del proyecto, porque por encima de tu trabajo y de tu negocio estás tú. Irreductible, incuestionable, inquebrantable, tú.

Te puedo citar múltiples cualidades necesarias hacia el “yo” que están muy por encima del proyecto a emprender.

1.    La ilusión. El entusiasmo, la motivación, etc. serán el mejor y más necesario combustible para el arranque de la nueva iniciativa.

2.    El optimismo. Las cosas siempre tienen su lado bueno. Valora los errores como lecciones, y aprende de ellos.

3.    La confianza. En ti mismo en primer lugar. Y la fe, y la constancia.

4.    Voluntad de aprender. Debemos tener conocimiento de lo que hacemos y esforzarnos por aprender aquello que no sepamos.

Emprender algo más grande.

Además de emprender un proyecto, un negocio ¿te has empleado emprender algo mucho más grande?

Sí, me refiero a ti mismo. Tu plan de marketing personal.
Los profesionales con marca, con estilo propio, con valores sólidos y visibles, transmiten y vuelcan sobre sus proyectos un valor añadido especial.

Ese valor añadido toma forma de pasión.

Creo que no puedes dejar pasar esto de largo. Y se que para dotar de valor a tu proyecto emprendedor debes dotarte antes tú de valor. La suma de estos valores se multiplica exponencialmente. Y su resultado se llama éxito.

Extracto publicado en el artículo: Un contrato de por vida para Emprendedores, escrito por Pablo Adán en soymimarca